Cuando hablamos de marisco, la frescura es fundamental, pero hay un factor aún más decisivo que a menudo pasa desapercibido: la temporada. Al igual que ciertas frutas o verduras tienen su mejor momento en el año, el marisco también tiene épocas en las que su sabor, textura y calidad alcanzan su punto óptimo. Conocer cuándo está cada especie en su mejor momento no solo mejora la experiencia gastronómica, sino que también promueve un consumo más sostenible y responsable.
¿Qué significa que un marisco está “de temporada”?
Decimos que un marisco está “de temporada” cuando se encuentra en su fase óptima de crecimiento y reproducción, lo que se traduce en un sabor más intenso, mayor tamaño, textura perfecta y precios más competitivos. Durante este período, el marisco está más activo, alimentado, presenta una carne más firme y jugosa, y tiene un equilibrio adecuado de grasas y minerales que enriquecen su sabor.
Ejemplos de mariscos y su mejor época
Cada especie tiene su ciclo biológico y su temporada ideal. Por ejemplo, la gamba roja del Mediterráneo se disfruta mejor de primavera a verano (abril-agosto), cuando su sabor es más dulce y su carne más firme. La cigarla alcanza su punto óptimo entre mayo y julio, ofreciendo una textura carnosa y un sabor delicado. El bogavante destaca en otoño e invierno (octubre-febrero), con una carne concentrada y sabrosa. Navajas y almejas son más fáciles de encontrar en otoño e invierno, mientras que percebes y mejillones alcanzan su mejor momento con las corrientes frías de otoño y principios de invierno.
¿Qué ocurre cuando el marisco no está en temporada?
Consumir marisco fuera de su temporada suele traducirse en una experiencia inferior: menos sabor, textura blanda o acuosa, tamaños menores y precios más altos debido a la menor disponibilidad. Además, a menudo se recurre a marisco congelado o importado, lo que puede afectar la frescura y calidad. Por eso es fundamental confiar en restaurantes que apuesten por producto fresco y de proximidad.
Ventajas de consumir marisco de temporada
Consumir marisco en su temporada ofrece múltiples beneficios: un sabor mucho más intenso y fresco, ya que llega directo del mar a la cocina; una mayor sostenibilidad al respetar los ciclos naturales; y un precio más justo y estable por la mayor oferta. Además, es una forma de cuidar los recursos marinos y apoyar la pesca responsable.
Conclusión
Elegir marisco de temporada no solo mejora tu experiencia en la mesa, sino que contribuye a un consumo responsable y respetuoso con el medio ambiente. En Estrella de Mar seleccionamos diariamente marisco fresco y de proximidad, conscientes de que la temporada no es una opción sino una regla que hay que respetar y disfrutar para saborear el mar en su mejor versión.